Un mes sin follar. Esas cosas pasan, unas veces porque surge así y otras veces nosotros mismos nos lo buscamos incluso aunque no lo sepamos.
Esta noche no os voy a contar un polvo, ni hablaré de pollas, pero sí de sexo, de la falta de sexo.
Disfruto buscando aventuras, y me encanta conocer nuevos hombres, nuevas actitudes y adoro la sensación de exponer la ingenuidad que me quede a merced de los experimentados “pervertidos” y viciosos. Y no sólo hago sexo vicioso que merece ser escrito en un blog de morbo. Pero esta vez ni eso, llevo un mes sin follar, ni hacer mamadas, ni siquiera hacer el amor y tampoco se han acercado para intentar motivarme. Soy virgen ya.
Es una de esas veces que uno no busca sexo y hasta huye de él.
Voy a confesarme…
La culpa es de mi Lobezno particular, mi puto polvo platónico, porque no dejo de pensar en él y no puedo hacer sexo con otros, últimamente no me apetece meterme con hombres y hasta creo que hacerlo puede serperjudicial para mi salud mental.
Pero bueno, en realidad mi castidad desde el primer momento ha sido por mí mismo, la razón fue Lobezno sí, pero jamás fue para qué el se compadeciera o para ver que por él soy decente… No.
Tengo esperanza de que me folle pero también estoy muy desanimado porque ya hasta se me hace raro.
El mundo del sexo que he evitado y particularmente el del morbo y los locales de follar son muy incompatibles con alguien que tiene en la cabeza a un chico en concreto. Sobretodo en mi caso, porque me consta que Lobezno morbosea todas las semanas, así que ir a locales de morbo en vez quitarme de la cabeza a mi extraño novio lo que hace es recordarme que eso mismo lo está haciendo él y que además puedo encontrármelo chupándosela a otro o besándose por ahí. No soy celoso, pero mi actitud es fácil de entender en mi caso, no sería tanto celos como pura envidia más bien. Pero me la tendría que tragar y cerrar la boca.
Sé lo que hay que hacer. Pero no le puedo dejar chicos.
Y con este lío en la cabeza no puedo tampoco follar libremente.
Esta tarde tengo una cita en la que me propongo tener sexo, pero no sé si seré capaz, ya os contaré.
Justo después he quedado con Lobezno y no sé si estaré relajado por el polvo anterior, o quizás precisamente por no haber follado o puede que no folle y cuando le vea le ponga cara de furia porque le culpe por tenerme obsesionado y no poder follar. Supongo que todo depende del beso de bienvenida que me de, como siempre. Todo siempre ha dependido de eso.
Mientras le tenga en la cabeza sólo podré follar con un pequeño impedimento y un poco de obstáculo sentimental.
Y este es el gran dilema de un morboso cuando se enamora.
Me pregunto si tanto mi promiscuidad como la de Lobezno es compatible con mi plenitud. ¿Sería mejor si no hubiera locales de morbo? ¿Ese es el problema o sólo un síntoma?
Me moriré sin saberlo.
2 comentarios:
a ver... yo eso de q lobezno no te follara era pq no era maricón del todo.. y era nuevo en el tema.
Y a hora me cuentas q es tan o mas promiscuo como nosotros?
ya me lo explicarás... y muy bien.. pq creo q será difícil de explicar.
No sé explicarlo, pero yo no he dicho nunca que fuera nuevo en el tema....
Es tan promiscuo o más que nosotros sí. Y ese es el problema, que está acostumbrado al sexo anónimo, rápido y sin más. Cuando coge cariño a alguien es incapaz de follárselo.
Eduard... no me preguntes, yo estoy tan extrañado como todos y soy yo el que sufre la situación.
Y no me digáis que le deje porque ya sabéis que no puedo.
Publicar un comentario