El domingo por la noche estaba muy descontento con mi vida sexual. Lobezno, que para el que no lo sepa es mi novio que no me folla y mi frustración más grande, tenía escrito en la cara que esa semana no había parado de ligar. Yo sin embargo tenía una tensión sexual como para ponerse a llorar. Realmente por puro rencor me fui a Eagle sin pensarlo mucho, la gente allí me miraba como si yo fuera un alienígena. Siempre he pensado que los veinteañeros guapos sólo tenían que quedarse quietos y esperar, pero no os engañéis, eso sólo pasa de vez en cuando, en condiciones normales la gente no se atreve. También reconozco que con la cara de niño perdido alguno sintiera reparo.
Los cachas me gustan, pero se me acercó uno de los que no me gustan, depilado, tatuado y con mechas. Realmente era lo mejor que había en esos momentos, así que le seguí el juego y nos enrrollamos, cuando ibamos a follar me dijo que lo dejáramos y me alejé de él como si tuviera la peste, no podía aguantar a otro que no me follara, para eso me iba con mi frustrante novio.
El cachas me empezó a seguir por el bar, me cogió de la mano e hizo lo que yo considero que es lo peor en un bar de sexo, me empezó a presentar a todo el mundo como si yo fuera una monada, la gente le daba la razón pero perdía el morbo de sopetón. El cachas presumía de ser de Madrid y me intentó convencer de que yo era un paletillo de una aldea, según sus palabras. Pensaba que estaba de broma, pero se puso serio.
- Pero yo ya soy de Madrid.
- Tú eres un paletillo de aldea, y aquí nadie te conoce - en eso último tenía que darle la razón, nadie me conoce en el mundillo del morbo -, a mí como ves todo el mundo me adora y me conoce, porque soy encantador y le doy a todos lo que quieren de mí.
- Oye, ¿y de quién voy a aprender un montón en Madrid, de tí? - le pregunté atónito - ¿Cuál es la primera lección?
El cachas cambió la cara, esta vez sí que se puso serio de verdad, no habló hasta que le miré fijamente a los ojos y dijo.
- No eres nadie. Eso te tiene que quedar clarísimo. No eres nadie.
Me quedé un poco aturdido, ¿seguiamos con la coña del paletillo de aldea? Y añadió.
- La segunda lección: Aprende a ser alguien - se quedó mirándome mucho rato - ¿entendido? - yo asentí - ¿vale?- se aseguró de que me quedaba claro y dicho esto se alejó y se fue al piso de arriba, dónde están los baños y se folla.
No le seguí, intuía que dejando la cosa así podría decir que la musculoca me sirvió de algo. El ambiente allí era horrible, todo estaba lleno de grupitos y realmente yo allí no era nadie. Con miedo a que me desilusionaran y echaran por tierra las enseñanzas de la musculoca me fui de allí enseguida, ya sin morbo ni ganas, pero con dos lecciones muy importantes que espero que me ayuden mucho en 2010.
Feliz Año a todos por cierto!
Feliz Año a todos por cierto!