He estado más de una semana de visita en casa de unos amigos a trescientos y pico kilómetros de Madrid. No creáis que el título significa que no tengo nada morboso que escribir, al revés, una mente morbosa y unos huevos a punto de desbordarse me han hecho disfrutar de los pequeños morbos cotidianos sin necesidad de ser explícitos.
No es que yo sea el perfecto ejemplo freudiano de chico salido, pero si me pongo a ello puedo pillar el morbo en cosas que también podría hacer de una forma mecánica, pero es evidente qué forma de hacer las cosas me divierte más.
Por ejemplo podría haberme puesto el pijama en el vestidor con la luz apagada para que los lejanos vecinos no intuyeran mi cuerpo desnudo a través de la ventana... sí, pero la imagen erótica sin que se distinguiera nada me hizo decidir no apagar la luz, total, el que quisiera ver de verdad necesitaba unos prismáticos. ¿Habría algún mirón en la casa de enfrente, algún viejo verde o algún adolescente trasnochador? Pensando en ellos lo hice, sin esa posibilidad jamás cambiarme de ropa frente a la ventana me hubiera provocado la erección que sentí.
Cuando estaba preparando mi camita en la chaise loungue del gran salón-cocina se me podría haber seguido viendo desde la casa de en frente, a esa distancia no se veía nada de nada, si hubiera tenido un espectáculo en alguna de aquellas ventanas vecinas me hubiera sido imposible darme cuenta si quiera, pero eso no mermaba mi fantasía de ser el objetivo de un voyeur. Me eché en el sofá con cara de feliz porque me encantaba como entraba la luz de la plaza desierta por toda la pared acristalada, no me costó nada sentirme cómodo allí. Esa noche y todas las demás noté cómo mis amigos hacían el amor, su cabecero estaba justo en la misma pared que el sofá donde yo dormía y notaba cuando la cosa se ponía intensa. Me alegraba de no estar en mi habitación dándole al ordenador y todos los días me dormía enseguida, antes de que terminaran los golpecillos en la pared.
Esa casa estaba hecha para los narcisistas, si hacías pis podías verte casi entero de frente en un espejo, supongo que con el tiempo te olvidas del espejo, pero yo no podía evitar recrearme con la imagen, siempre he sentido curiosidad de cómo se me ve meando... :)
En la bañera también había espejos, según me contaron era para depilarse, lo cual es genial, yo antes, cuando me depilaba, cosa que ya no haré en mucho tiempo... echaba de menos la ayuda de un espejo en la ducha. Pero para enjabonarse y frotarse mirándose también mola mucho!!!
El morbo narcisista y exhibicionista estaba más que satisfecho en esa casa, dónde no había espejos para mirarte había ventanas para que te miraran.
En el gimnasio la ducha era colectiva, siempre me han dado morbo esas duchas, se supone que debes ser lo suficiente seguro y natural para soportar la contradicción de haber sido educado en el pudor y soportar la situación extraña de hacer como si nada en un entorno que es el escenario más clásico del erotismo gay. A pesar del morbo que me dan los vestuarios nunca se me ha puesto dura ahí, por los nervios o no sé, pero ese día en aquel gimnasio, muy lejos de Madrid, en un ambiente no especialmente gay-friendly, mi traidora mente, que me achica la polla en bares con código de calzoncillos, me la puso dura en un vestuario provinciano.
Cada noche mi pijama era algo más pequeño, corté los pantalones por la rodilla para dejar ver mis piernas peludas, desboqué el cuello de mi camiseta y le abrí las sisas exageradamente. Una noche con la luz chula que entraba por la ventana y las sombras que hacía en los muebles me empecé a fotografiar con mi camiseta tuneada, me estiré en el sofá y me veía reflejado en la tele panorámica. Ver a un chico con los brazos levantados siempre me ha parecido muy sexy, significa mucho, las axilas son una parte que está muy oculta, incluso al estar desnudo ver una axila requiere la voluntad de enseñarla o un accidente más sexy que la intención, o una acción de fuerza, lo cual de por sí es sexy. También significa que el chico está cómodo, relajado y no está haciendo nada por protegerse, ponerse las manos en la cabeza y abrir los brazos para mí es más potente que bajarse los calzoncillos sobretodo si no se está depilado. Al verme allí tumbado, con esa camiseta tan cortada me metí la mano en el pantalón y giré la cabeza hacía mi axila, noté el perfume en mi cuello y la naturalidad del olor de mi cuerpo y la punta de mi polla se mojó. Pero... paré, me dormí en 3 segundos, quizás con una mano metida por el pantalón y la otra detrás de la nuca.
A la noche siguiente dormí sin camiseta, sólo con unos slips, casi me corro, pero... manchar el sofá es algo serio y no me apetecía ponerme de pie, así que me hice fotos sexys con mi atrevido look durmiendo en el salón de una casa ajena y me dormí sin más.
Con historias así, pasé 10 días sin correrme.
5 comentarios:
¡Lo que me he reído, aunque quizás no fuera tu intención....! Vamos, que le quitmos la literatura, que manejas tan bien, y resulta que lo que te pasa es que te has tomado muy en serio estos días cuaresmales....¡pero la Iglesia no exoge tanto, hombre, sólo de que no comas carne...! ¡Ay, Dios mío, qué juventud ésta...!
Tio hace un tiempo que leo tu blog y cada día que pasa estoy entrando a ver si publicas alguna cosa. Pero la foto que has puesto en esta entrada es lo más, sabía que eras peludete, pero has mejorado muchisimo mis expectativas, como te depiles voy y no se lo que te hago tio. Estas genial como estas en la foto, buuufff.
Enhorabuena por tu blog, tu sabes muy bien como contentarnos jejeje
Ja, ja, pues se lo habrán pasado bien los vecinos. A mi también me pasa cuando no estoy en mi casa, ventana abierta y si miran mi culito, pues contento estoy!. Muy sexy tu entrada, voy a leerla otra vez!
Leo, te estas haciendo un hombre delicioso.
Ha vuelto LeMorbo!!! Y tu público todos encantados. A ver si puedo acariciar ese pecho peludo pronto...
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