¿Por qué privarme de un polvo de calidad sólo por no querer colgarme la etiqueta de "perra"? Me colgué la etiqueta para ver qué pasaba.
- Sí, amo, con una condición, que no me haga daño cuando me folle - escribí en el whatsapp asqueado por estar fingiendo ser sumiso a cambio de buen sexo.
- Si la perrita se porta bien, el amo se porta mejor - contestó el pibón que me iba a follar esa tarde.
Cuando iba en mi bici con el tanga bajo los pantalones hacía la casa del "Amo", me salía una sonrisilla, ¿cómo no me iba a hacer gracia aquel paripé? La conversación que tuve por Skype con el Amo me favorecía por todas partes, y en una especie de intuición femenina me di cuenta de que era más fácil conseguir mi objetivo diciendo cuatro clichés de perra.
El chico parecía algo inaccesible para un chico no sumiso, pero las palabras mágicas me abrieron las puertas. Daba por hecho que en la sesión comería mucha más polla que de costumbre, pero bueno, a veces hay que hacer un esfuerzo por mantener arriba a nuestros compis sexuales, en una doma o en una follada normal, no me parecía tan injusto. Y mi única obsesión era ver encima de mí a ese muchachote disfrutándome y disfrutándole yo a él, fingir ser una perra hasta el punto de serlo... no me parecía tan mala idea.
Hasta que llegué a su casa y empezó a comportarse como un Amo y me entraron los siete males, obedecer es una mierda. le quita todo lo guay al sexo. Su polla estaba riquísima y su voz me ponía mogollón, era súper sexy, autoritaria pero adorable.
- Ponte a cuatro patas en esa mesa, apoya la cabeza y mueve el culito alegremente - dijo despacio con su voz de locutor de radio.
"Puffff, esto me está costando horrores." - me decía a mi mismo.
"Tranquilo sólo tienes que mover el culo como lo haces siempre cuando escuchas Kylie en tu habitación, se te da bien, sigue Leo y conseguiras que te folle que es a lo que has venido, mueve ese culo para el Amo."
"Joder, esto es un ejemplo claro de humillación y de arrastrarse, no me mola nada"
"Tranquilo, este Amo no es tan duro, es súper educado, le falta perdir las cosas por favor, dale lo que pide y te dará lo que venías a buscar"
"Sí, pero... que no me vuelva a llamar perrita buena porque le muerdo!"
Me tuvo chupándole la polla un rato, no mucho más que cualquier amante normal, eso sí, con la puta diferencia de estar llamándome perrita todo el rato y yo ya rabiaba.
¿Por qué me había metido en eso? Recordé mi plan, que estaba representando un papel para probar esa polla y ese cuerpazo, y me volví a centrar en el papel todo lo posible. Si lo pensaba fríamente no estaba sucediendo nada fuera de lo común, no hubo insultos, ni golpes, ni gritos. Era de hecho como cuando vas al médico y recibes órdenes en plan desnúdese, abra las piernas y déjese hacer... Nada que debiera sacarme de quicio realmente.
- Tienes cara de pillín, qué estás pensando - me preguntó.
- Nada, es que no quiero chupar más, ¿aquí cuando se la follan a una? - respondí con mi sonrisa de "enamórate ya y saca los condones".
- ¿Quiere follar la perrita? ¿Quiere sentir al Amo?
- Sí, pero antes chúpame un poco el culo para que se me abra bien, es que si no está muy tenso y me hace daño. (Por favor Amo) - ese por favor me costó horrores.
Esperaba que él estuviera lo suficiente cachondo para tolerarme esa "impertinencia". Tampoco soy el primer esclavo que acaba llevando las riendas.
- Chupándome el culo con los ojos cerrados y la lengua fuera no pareces tan duro eh - le dije cundo llevaba un buen rato lamiéndome el ojete.
- Está muy rico perrita.
Me revolví y puse mi cara frente a la suya.
- No suelo besar a chicos que acaban de estar chupando culo, pero si eso hace que me dejes de llamar perrita....
Y le besé con todas mi ganas. Ñam, rico, era cierto lo que decía, ¿será posible que mi culo sepa... como a "fresco"? a mí me supo a eso.
Se puso el condón y me folló con toda la educación que le caracteriza, parando cuando me dolía, preguntando qué tal, y con la intención de hacer que me corriera, seguramente como Amo lo hubiera hecho exactamente igual, pero llamándome perra, me alegré de aclarar ese punto.
- ¿Te han hecho comerte tu semen, Leo?
- No... jamás - mentí a medias, porque casi siempre me como mi semen, pero era verdad que no me lo había ordenador nadie, lo hacía por mi propia iniciativa.
- Córrete en mi mano, y luego la lames toda - dijo con sus modales de urólogo.
- ¿En serio?... "amo" - dije ironizando mucho con la voz.
Cuando salí de mi casa no me esperaba tanta atención por su parte a mi disfrute, así da gusto ser una perra, creo que debería hacerlo más veces. Ese tío bueno me estaba dando sexo de calidad superior, ¿cómo no iba a estar agradecido?
- Gracias Amo... - dije con muchísima sinceridad justo antes de correrme en su mano. Apretando el culo al correrme y sintiendo ahí su rabo.
- Toma, Leo, chupa tu leche, mira qué blanquita te ha salido.
Y relamí y relamí sin fingir nada en absoluto, con las mismas ganas con las que lo hago siempre, recuperando el aliento y con cara de vulnerable, como siempre que me corro bien.
Así que... he aprendido una cosa, ser una perra en la mayoría de los casos es sólo una cuestión de nomenclatura, en realidad muchas veces es sexo normal con activos normales y pasivos que fingen ser perras.
O quizás... la verdad es que muchos somos perras evitando llamar las cosas por su nombre.
Las etiquetas son un asco. Aunque mira, a veces te facilitan el camino. El próximo día puede que hasta me deje dar azotes.
1 comentario:
No me gusta ser 'perra' de nadie. Tampoco que sean 'perras' conmigo.
El papel de 'amo-esclavo' es por demás 'humillante' y no me gusta, a pesar de haberlo practicado.
Pero tiene cierto encanto que no alcanzo a explicar.
Creo que muy en el fondo disfruto la perversidad que se ejerce contra el esclavo.
Igualmente no soy partidario de esa práctica, aunque reconozco que muchos alcanzan el orgasmo siendo 'verdaderos' esclavos que soportan todo y no un simple juego, donde se fingen los roles...
Besos!
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