Primero tened en cuenta que he llegado borracho a casa y escribo esto mientras me como una magdalena para recuperar energías. Me apetecía ir a Strong, o mucho mejor a un sitio de morbo que no conociera, como no tengo amigos por desgracia para ir, casi siempre recurro a internet para estos casos, un gran error porque aunque a veces a resultado bien, lo mejor es ir solo que con un desconocido, al fin y al cabo los bares están llenos de desconocidos, pero no sé... supongo que me quiero llevar mi propio desconocido.
Esta vez le ha tocado a un informático timidísimo o que se lo hacía. Estaba más nervioso que Pinocho en la máquina de la verdad. Quedamos en Rubén Darío para ir andando hasta el Strong, quizás así se relajara, pero no dejaba de decir que le ponían nervioso mis ojos y tal y cual. Cuando llegamos al Strong me solidaricé con él y fingí nerviosismo, eso le ayudo mucho aunque no lo creáis, aunque es posible que igual que yo fingía que era mi primera vez, él hiciera lo mismo.
Una de mis mini-metas era quitarme la camiseta, quería lucir mi torso peludo, quizás lo más peludo que ha estado nunca, que no quiere decir que sea un oso, si no que está en su máxima. Y claro de paso, algo de sexo, aunque sinceramente la primera meta era lo de quitarme la camiseta (soy fácil de contentar).
Ni una cosa ni la otra, mi acompañante informático tímido me cortó el rollo todo el tiempo, debía haberle abandonado... pero bueno, he aprendido que soy tonto y que no hay que permitirse a uno mismo serlo. Algún día saldré yo sólo a follar o a quitarme la camiseta y lo lograré... ¿pero cuándo, dónde está mi problema? Parece que tengo un trauma.
No creo que vuelva a quedar con este informático raro... y no me pone nada que se sienta tan abrumado por mí, hasta para darme dos besos casi muere... en fin! Yo no critico que soy yo el primero que por timidez y estupidez no me he quitado la camiseta, que era mi fin del día.
Por cierto, el Strong los viernes está casi vacío, ni abren la pista de baile... es un sitio de ir en Sábado.