¿Quién es ese niña, (who's that giiiirl?) señorita más fina? - es lo que sospecho que se preguntan muchos de los que me ven en los locales de morbo. Y harto de eso, he decidido dar unos pasos previos a convertirme en un chico duro, porque no es que quiera fingir que lo soy, es que sé que lo puedo ser, pero me falta práctica, por así decirlo.
Ya he hecho de amo alguna que otra vez, y de activo también había hecho una vez. El miércoles pasado me entraron las prisas por empezar con mi terapia de chico duro y me creé un perfil en tuamo.net en el que explicaba que soy un amo novato, que no sabe aún ser duro, pero sí muy caprichoso y exigente, y ponía una foto de mi polla. Recibí muchos mensajes, pero la mayoría querían un macho cañero pollón, y yo no soy ninguna de esas cosas, así que esperé un poco más a que alguien me quisiera a mí, apareció un esclavo de mi edad que aceptó mi plan, hablamos un rato por el messenger y dedujimos los dos que pasara lo que pasara nos íbamos a caer bien, además el también era esclavo novato.
Quedamos en su casa al día siguiente, el viernes. Nuestro plan era quedar más veces, porque además vivimos cerca. Yo llevaba el arnés puesto para meterme en el papel y al esclavo le encantó el detalle. Por el messenger ya le había dado la orden de que nada más llegar me acomodara en algún sofá o la cama y me chupara el culo para romper el hielo, sin que yo le dijera nada, así me ahorraba el corte del cara a cara, jaja. Y eso hizo, hasta que comprobé que usaba la lengua muy bien y me di la vuelta para que me chupara el rabo, una de mis mejores mamadas. El pasivo era más delgado que yo, estaba casi depilado del todo y no tenía pluma, pero cuando le dije lo de mi terapia masculinizante, dijo que él entonces quería feminizarse y empezó a fingir o a sacar su pluma. A lo mejor funciona el intercambio de pluma... Él no sabía que yo era casi virgen activamente, yo le empecé a estimular el culo, y le pedí un condón, me lo puso con la boca y le follé con mucho lubricante, parece que sólo soy capaz de follar a cuatro patas y de lado, en otras posturas era imposible, pero no sé si era yo o él el culpable... Después me folló él y puso voz de hombre otra vez... Le di un bofetón y le puse mala cara.
- ¿Por qué me pegas amo, no te lo estoy haciendo bien?
- Me estaba recordando a mí mismo quién manda.
- A mí no se me olvida. Soy una perra folladora, tú disfrutas de mí, no importa lo que a mí me gusta.
Me puse las manos detrás de la cabeza y disfruté de mi esclavo follador, sin pensar en nada más que en mí.
Entre el sexo oral, mi follada y la suya estuvimos una hora y media, pero no quise correrme porque por la noche iba a ir a The Paw, supuse que con esa tensión sexual en el Paw me iba a volver loco con todos, pero no acerté.