Hace muchos años que la edad de los juguetes pasó y que sabemos que los Reyes Magos, nuestros tres hombres preferidos en la niñez, esos que nos traen todo lo que pedimos, no existen. Y durante la adolescencia siempre nos traían algún videojuego que nos fascinaba y nos tenía en vilo durante toda la Navidad, rabiando por estar de vacaciones y no poder jugarlo, pese a que lo habíamos encontrado en el armario de nuestro padre y convivíamos con el juego deseado sin poder disfrutarlo.
En resumen, echo de menos los nervios que iban creciendo desde el 1 de enero y me podían el día 5. Qué ganas de llegar al salón y ver todas las cajas de colores por todo el salón, de todos los tamaños, en el sofá, en la mesa, por el suelo... la sensación siniestra y genial de que alguien había andado de puntillas por la casa.
He cogido las Barbies y me he puesto a jugar, pero en versión adulta, quería recordar lo que era.
Sí, yo jugaba con Barbies, jaja. Me avergüenza mucho reconocerlo, pero bueno, también me gusta ser sincero y soltar mis secretos más arraigados. Ya no juego a las Barbies, tranquilos. Hoy sí, pero es que me he puesto nostálgico, y como veis no ha sido el típico juego de cambiarles de ropita! jaja.
Felices Reyes!
1 comentario:
jajaja yo también suelo jugar en versión adulta. Ya te enseñaré las fotillos ya jajaja
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