jueves, 28 de noviembre de 2013

EP


Los entrenadores son súper majos, por la cuenta que les trae, son sexis, atentos, en mi caso guapos, porque los elijo así, te apoyan en todos tus sueños de dar el pego como modelo de bañadores y asienten a todo. Te tocan la tripa, ponen la mano en tus lumbares, enderezan tu espalda, y cuando te enseñan los ejercicios les puedes mirar de arriba abajo sin pudor, además les puedes admirar en público y decirles que tienen cuerpo de muñeco de acción. O sea que... ¿tendré perdón de Dios por haberme enamorado de mi EP?

Con el frío que hace en Madrid, me sorprendió sentir tanto calor en el vestuario, cuando subiéndome los pantalones cortos de algodón me emocioné pensando que al subir la escalera mi EP me estaría esperando para hacer mi primer circuito de Crossfit (y el último por ahora porque ha sido demasiado).

- No puedo, muero - dije sufriendo mi sexto burpee.
- Venga, que puedes llegar a diez, hazlo por mí - rió.
- Entonces sí.

Y pude! Lo que demuestra que por amor soy capaz de cualquier cosa, y que haría cualquier cosa por mi EP, por este en concreto.

Antes tenía clara la idea de que mi entrenador era una polla inaccesible, no me preocupaba, lo entendía y respetaba. Ahora sólo lo entiendo y lo respeto muy a mi pesar, pero no sé si podré ocultarlo mucho tiempo, hace unas semanas ya empecé a coquetear con él de una forma muy sutil pero incontrolada y lo llevaré a más, lo sé, y seré de esos que coquetean con heteros en plan de broma que no me gusta nada.

Me cae demasiado bien, pero demasiado, demasiado. No sé explicarlo, pero cualquier cosa que dice, por tonta que sea, si me la dice a mí me hace ilusión. Y cuando me da el masaje final me dan tantas ganas de que me violé... que cuando termina me dan ganas de violarle a él. Ganas reales de violación, de cogerle y obligarle a que todo lo que me ha hecho sentir cobre algún sentido, me da igual que sea un sentido terrible para que aprenda a asumir las consecuencias.

Luego me acuerdo de que soy encantador y de que sus bíceps son gigantes, con lo que una violación por mi parte es imposible por activa y por pasiva. Y que por su parte también porque es hetero y trabaja para mí. 

Si os digo la verdad, nunca he entendido eso de obsesionarse con un hetero, siempre me ha parecido una perdida de tiempo y una tontería, nunca me había pasado, me ha gustado alguno... pero jamás había arañado una pared para controlar mi frustración frente a la idea de que cuando me sube una pierna a su hombro lo hace con la intención de estirarme cuando mi intención es de estrecharle.

Necesito un cachitas que se ponga mi pierna en el hombro pero con erótico resultado. Si no moriré de calentón cada vez que entrene.

La paja de después ha sido muy lechera, pero no... no me he quedado tranquilo, sigo obsesionado!

4 comentarios:

Destos dijo...

¡Crossfit es la muerte!

Marcos L. dijo...

Buff... con decirte que mi primer crush fue con un chaval hetero, te digo todo... No pasó nunca nada, pero no por ello quiere decir que no vaya a pasar en tu caso. Nunca se sabe, A seguir entrenando duro!

David A. dijo...

crossfit? crush? burpee ? ... Creo que necesito una puesta al día. :-(
Esta tarde iré al gimnasio a ver si se acuerdan de mi y me dan una clase aunque sea de vocabulario :-(

Mr. Zero. dijo...

Muero cuando publicas una entrada sobre tíos de gym y heteros. Por desgracia somos muchos los que nos ponemos más y más cachondos cuanto más inaccesible es la polla.

Por cierto, aprovecho para comentar que he empezado hace poco un blog en el que iré recogiendo mis inicios en el sexo gay...sois libres de pasaros por: http://diarionabal.blogspot.com

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