viernes, 12 de agosto de 2011

Sexo falso


Ayer quedé con Lobezno después de bastante tiempo, ahora vive en una buhardilla con terraza y puede subirse al tejado. Había Luna llena o casi, a pesar de lo incómodas que son las tejas yo estaba cómodo y relajado en aquel sitio tan lejano a mi vida, un tejado, creo que es la primera vez que me subo a uno.

Lobezno empezó a dormitar mirando el cielo naranja. Yo miraba alrededor, estaba al aire libre en pleno centro de Madrid, oía las voces, veía el reloj rojo de la Gran Vía y todos los edificios altos, pero ninguna ventana lo suficientemente cerca para que nos pudieran ver. Se me ocurrían mil maneras de sacar partido a ese ambiente y poder contar esa historia siempre, durante todas mis edades, Lobezno después de mucho rato de silencio me preguntó qué estaba pensando tan concentrado.

"Me levanté, me quité los pantalones cortos y me apoyé en una chimenea de piedra, Lobezno lo entendió perfectamente, más allá de asuntos personales aquel tejado necesitaba una historia importante y un final feliz, me merecía poder contar que he follado en un tejado de Madrid. Se acercó, se desnudó y me la metió, la gente del bar de abajo hablaba, nadie a más de cinco metros podría distinguir la figura de dos hombres teniendo sexo en un tejado en la oscuridad."

El poder de la mente no sólo me martiriza con complejos y comeduras de tarro, también me da algunos momentos entretenidos y privados (por desgracia demasiado privados), y como era de esperar la historia del tejado acaba antes que me bajara los pantalones. Pero no se me puede negar que hubiera sido una historia para contar durante toda la vida! Cuando estaba fantaseando en aquel tejado al lado de Lobezno, me sentí casi con el derecho de exigir que cumpliera con todo el guión. ¿Cómo me iba a bajar de aquel sitio sin haber completado la película entera? Era impensable.

Pero nos bajamos... aunque con esa idea y esperanza en la cabeza alargué las horas para ver qué pasaba... se hizo tarde y me quedé a dormir con él. En la cama no recuerdo cómo logré enlazar la conversación para delatarme a mí mismo porque sólo pensaba en una manera de decir...

- Aunque no me hayas follado en el tejado - dije con tono de broma pero muy en serio.

Al despertarnos esta mañana hemos desayunado en la terraza, Lobezno sigue como siempre, me besa, me llama precioso, me hace mimos, pero su polla sigue muerta ante mí... Y en el ascensor, bajando a la calle, sentí casi físicamente como tenía que arrancarme de aquel tejado, como quien se agarra a la pata de un mueble para que no le obliguen a irse.


Cuando ya solo volvía a casa en Metro, en Callao vi a unos peregrinos del Papa americanos, sólo lo digo como un simple dato "histórico", jaja. En el vagón, en Gran Vía se montó un hombre que me encantó, fuerte, moreno con barba, unos pantalones muy cortos y una piel muy limpia. Se bajó en mi parada. Era gay, se le notaba, además nos íbamos mirando por turnos, aunque quien sabe... a veces mi imaginación es tan real...

"Me paró al bajar del tren, me di la vuelta y nos quedamos callados. Quieres venir a mi casa - le iba a decir... Sí - me quería decir él. En mi casa no habría nadie y él probaría mi cómoda cama, harta de pajas, esperando un nuevo peso y un nuevo movimiento."

Pero la verdad es que a pesar de notar que venía detrás de mí por la calle ni yo tenía la intención de pararle ni él hizo nada por pararme a mí.

Esta noche he quedado con Polo, no sabe la suerte que tiene de que tenga tanta imaginación, aunque en realidad utilice su cuerpo y el paisaje para ignorarlo y recrear lo que echo tanto de menos. Al final él se encarga de manejar un fuego que no es del todo suyo, al menos hay que reconocer que lo maneja bastante bien :)





6 comentarios:

Chuqueder dijo...

Que literario! Odio esa sensación del metro de: te miro, sé que me miras, te follaría, me da vergüenza... y al final nada. Pero el juego en sí es entretenido.

Una dudita que tengo ¿estás enamorado de Lobezno? o es amor por los buenos recuerdos del pasado? A mi también me gusta fantasear, lo malo es que luego se me quedan los calzoncillos para escurrir xD

Cappuccino dijo...

El exceso de imaginación acabará con nosotros, Leo, jeje... Para nuestra desgracia nuestra imaginación siempre irá mucho más allá y será mil veces mejor que cualquier situación real. Tal vez eso haga que nos despeguemos de esa realidad progresivamente...

Wolfenizer dijo...

ha sido ahora cuando me he terminado de leer tu blog, y me has dejado con ganas de más!! lo que me deja a cuadros es que sigas hablando de Lobezno, pensé que no le volverias a ver más.
fué decisión tuya o suya el volver a veros?
bueno, de todas formas, que disfrutes de tu noche jeje

Anónimo dijo...

No he entendido mucho el título de SEXO FALSO, lo dices por tus fantasías no realizadas ¿verdad? pues hijo, vente a GRANADA que mi novio y yo te las hacemos todas realidad, si por imaginar....

Sufur dijo...

Que entrada más poética! Me encanta

Leonarditomur dijo...

Gracias a los 5 por vuestros comentarios.
Lo de Lobezno... bueno no sé quién fue el que dio el primer paso para quedar, ha sido más bien mutuo, llevábamos días diciendo A VER SI QUEDAMOS.

¿Enamorado de Lobezno? Tendría que reflexionar y planteármelo, pero hoy por hoy creo que Lobezno es una tarea inacabada de la que tengo casi la seguridad que no veré cumplida. No es amor, es frustración y sensación de que aún no le he sacado todo el jugo que yo quisiera.

Y Capuccino tiene razón, la imaginación sin control aplicada al sexo (o cualquier cosa) tiene sabor agridulce, aunque también dicen que la realidad supera la ficción... hay esperanza. La mente juega un papel muy importante en mis fantasías y en mis realidades y sólo gracias a ella puedo conseguir satisfacción en el sexo real, aunque como en esta ocasión todo quede en una PAJA MENTAL (nunca mejor dicho)

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