Ayer fue un día de terror en mi casa, un terror que nos unió a toda la familia en una especie de instinto de supervivencia en el que buscábamos resguardarnos frente a la adversidad.
Algo diabólico desconectó mi casa de la línea telefónica, me sentí como la niña de Portesgeist frente a la pantalla de mi iPad en el que la nieve era un puto mensaje de fallo de conexión. Tras varias pruebas con el portátil y el ordenador normal sin resultado, oí como la silla de mi hermana se movía al mismo tiempo que yo me levantaba para ir al despacho a ver las señales vitales del Wi-Fi.
- Hace luces raras... - dije intentando no ser tremendista.
- Apaguemos a ver qué pasa - dijo mi hermana nerviosa.
No funcionó... y ella cogió el teléfono como quien toma el pulso a alguien tirado en el suelo. Su cabeza se movió negativamente. Rápidamente conectamos los smartphones al 3G, sintiendo que volvíamos a estar conectados con el mundo exterior. Así estuvimos hasta el día siguiente, cuando vino el técnico. Y ahí empieza la historia morbosa.
Estaba yo solo en casa cuando vino el técnico, que para mí era un príncipe valiente que venía a salvarnos a todos. Cuando abrí la puerta resultó que su físico era realmente de príncipe valiente, estaba claro que después de mejorar la vida de la gente todos los días se iba al gimnasio, por desgracia parecía que también usaba su tiempo libre para depilarse los brazos, con lo cual intuí que se depilaba todo lo demas, qué tonto...
Era más alto que yo, mediría 1'90, y con los brazos y la espalda que tenía podría haberme violado sin que yo pudiera ni quisiera hacer nada para impedirlo.
- ¿Dónde está el PTR? - dijeron sus labios.
- ¿El qué? - dije con mi característica cara de rubia.
Empezó a mirar por la ventana buscando algún cable que le diera una pista. Y se puso a abrir tapas en la pared en busca del PTR ese, lo que me permitió verle estirado y algo de su cintura. Llamé a mi padre para acelerar las cosas...
- No tenemos PTR, la entrada está en tu habitación - dijo mi padre - Debajo del escritorio de la ventana.
Vaya vaya...
- Quiero ver el cable, hay bajadas de velocidad en el informe, que pueden ser por algún cable que hace mala conexión - dijo el técnico.
En mi habitación se arrodilló, yo me senté y recosté en la cama, él se metió debajo de la mesa y, me quedé mirando su lampiña hucha, su culo apretado contra los pantalones, allí, en mi habitación, bajo mi mesa. Hasta me dio la impresión de que gemía...
Mi mente se puso a trabajar a toda velocidad, a planear un plan de ataque y a refrenarme a la vez.
- Aquí hay algo empalmado - soltó.
- ¿Ah, síiiii? - coqueteé.
- Voy a aislarlo mejor, puede ser eso lo que hace mala conexión.
- Ah.... - me decepcioné.
Mientras él esperaba una respuesta de Movistar vio un dibujo mío en la mesa, era un boceto de un cachas inspirado por entrenador personal.
- ¿Eres dibujante?
- No, sólo dibujo lo que me gusta - toma pista.
- Lo haces muy bien...
"Bueno, venga, déjate de chorradas, ¿vamos a follar o qué?" - dije para mis adentros.
- Te doy mi teléfono por si tienes problemas, me llamas directamente.
- Si pasa algo con la línea, no? - coqueteé.
- Sí - dijo sosamente.
Y se fue sin follarme, ni enseñarme la polla, ni nada.
Yo quería verme envuelto en una tarde de sexo inesperado a domicilio en mi habitación. Nunca había tenido esas fantasías típicas de Ama de casa, pero... hay que aprovechar las oportunidades y esa era muy buena. Lástima que el técnico sea tan tonto de depilarse y no follarse chicos solos en casa. Le iba a perdonar lo de la depilación incluso si me dejaba chuparle la polla.
Estoy pensando si destruir la línea a ver si a la segunda...
6 comentarios:
A mí me pasó algo similar este verano. Estaba solo en casa cuando llegó el técnico (no de teleco, sino de toldos xD), que estaba buenísimo. Y estuve ayudándole con las herramientas. Yo con una erección de caballo, porque viéndole subido a las escaleras no dejaba de imaginarme a mí mismo chupándosela. No sé si pilló las indirectas (que fueron unas cuantas), pero cuando acabó su trabajo se largó y nunca más se supo. Al menos el pajote que me hice inmediatamente después fue colosal. Lo cierto es que mis fantasías con el servicio técnico son muy recurrentes xD
Nunca me ha pasado algo así, salvo con un repartidor del Telepizza, pero igual, no pasó nada.
a mi me vinieron a montar unos muebles un jovencito y un madurito, y mientras el crío montaba uno en una habitación me fui a ver al otro, que era el que me dio un morbo tremendo porque era muy guapo de cara. para tener una excusa de estar mirándole me puse un café y mientras le observaba y comprobaba que estaba bien bueno le pregunté si le apetecía alguna cosa, pero ná. estando el otro y sin señales claras, ná que hacer, porque soy un cortado, aunque era simpático... entonces terminó su mueble y se fue a ayudar al crío, yo por detrás claro. total que el otro mueble era más grande, y bajo. una cama. pues ahí tuve agachados a dos machos apetecibles, montando mi cama, y yo suspirando. si me acuerdo de esta chorrada es porque cuando se agachó el que más me ponía ¡ZAS! no llevaba calzoncillos y de pronto tenía delante de mis narices su gloriosa raja del culo, peluda y sudada. joder, llegamos a estar solos y le hago el salto del tigre. en fin, que solo me llevé una erección como para llamar a las puertas, pero todavía me acuerdo de su culazo y de la situación.
me divierte re-encontrar este tipo de historia en tu blog.
me ha gustado.. y me reconozco en alguna situación parecida.
Técnicos y repartidores son una fantasía sexual recurrente.
Te invito a pasarte por mi recién estrenado blog de vivencias, a ver que te parece. Saludos
http://guarriblog.blogspot.com.es/
Llámale. Dile que le haces un retrato... Rompe el PTR... o mira si tiene whatsapp y le mandas el enlace de este post.
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