Por la tarde he quedado con un esclavo. Aún sigue sorprendiéndome este tipo de situación, no es que yo sea un macho dominante precisamente... pero a los esclavos parece que les encanto, quizás justamente por no ser un macho, será más humillante o yo que sé. Pero me meto en el papel y me paso una tarde jugando a ser amo, que no está tan mal, pero no es que me encante, simplemente me mola lo justo y ya sabéis que a mí jugar me encanta.
Este esclavo era algo mayor, y no me refiero a algo mayor que yo, sino a mayor, canoso y con el culo... en fin si es que eso se puede llamar culo, le obligué a quedarse con los calzoncillos puestos porque con los esclavos no hace falta ser educado, he descubierto que aguantan todo lo que les digo, que les insulte y me ría de ellos. (Por eso no me gusta demasiado el rollo, a mí que me insulten no me mola nada, pero tampoco me gusta que a mis chicos les pueda insultar y sean tan... perras).
Fui con mi arnés, aquel que me regaló el ejecutivo sádico. Y al perro le encantó ver mi pecho peludo con el arnés. Enseguida se tiró al suelo y lamió mis deportivas, después me senté, me las quitó y me chupó los pies. Casi me duermo, se vició mucho tiempo con mis pies pero yo había quedado con Jorge así que para aligerar le mandé chuparme el culo mientras me pajeaba, no sé si es correcto ponerse a cuatro patas siendo el amo, pero todos sabéis que para chupar un culo... es la mejor posición, me intentó meter un dedo y reaccioné dándole unos fuertes azotes en el culo, porque además de que lo hizo a lo bruto, no pidió permiso ni nada, se lo merecía y se lo dejé rojo como un rubí.
Le follé la boca a base de bien, pero aunque se ahogaba quería más, este es de los que le gusta la intensidad.
Me chupó la polla y después con la mano me cascó una paja, la chupa solamente medianamente bien pero es un maestro cascándola, después de unas cuantas instrucciones para hacerla a mi gusto la hizo genial, casi me muero de placer, me corrí, me vestí y me fui con Jorge.
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