miércoles, 23 de septiembre de 2009

El recreo es importante para pajearse











E
studiando, estudiando, me duelen los ojos de la luz del monitor del portátil ya. Es curioso cómo duelen al estudiar y sin embargo al charlar por el messenger o jugando a la Play es mucho más soportable el doble de horas.


El caso es que después de adelantar mucho los deberes he necesitado un remedio rápido de destensarse. Cuando he abierto mi cajón secreto he visto los consoladores, uno de ellos ya ni lo uso (la polla venosa de toda la vida) y mi juego de 3 de diferentes tamaños, uno es como un dedo, otro como una polla pequeña y el 3º como una polla gorda, ideal para anal porque empieza en punta y se ensancha poco a poco (casi nunca me cabe la parte grande).

Me he quitado la camiseta y me he bajado los pantalones, me he untado todo el cuerpo con crema hidratante, como cada día, y de paso he puesto un poco más de lo normal en mi culo, y en la polla para empezar a jugar en mi rato de recreo. Estaba en el baño, hace muchísimo tiempo que no me masturbaba en el baño (le cogí manía porque era el sitio a dónde siempre iba para masturbarme cuando era joven, mi casa es de esas que no tiene cerrojos salvo en el baño). Pero mi manía al baño se me ha olvidado cuando he rememorado mis primeras pajas, entonces me ha empezado a gustar, comparando la nueva paja con dildos, crema y algo más de tolerancia a la penetración y las antiguas primitivas y primigenias a palo seco y con un cuidado exagerado de no manchar nada. Además mi cuerpo también era muy diferente, más vello, más volumen, más polla, más músculos (menos nervudo...), unos labios más adultos, barba... ya no soy un adolescente, soy un hombre (un poco aniñado...).

A mi madre le encantan los espejos, y a mí me encanta que la casa esté llena de ellos. He pegado el consolador grande (directamente) en la pared, y me he apoyado muy poco a poco, para no sufrir una autovi olación (yo a veces soy muy bruto), me he quitado una zapatilla y así me he podido librar de una de las perneras que me limitaba la apertura de las piernas. Estaba solo en casa y podía gemir. Me alegro de haber asistido a las clases de Rosa en el gimnasio, es un poco zorrilla en el buen sentido, y un poco calentona, desde los 19 he aprendido y me he ejercitado a conciencia para mover el culo y la cintura y aplicarlo, no me ha resultado difícil follarme la pared mientras miraba como se me curvaba la espalda y movía el dildo dentro de mí, cada vez más profundo. Estaba impaciente por llegar a la parte ancha... pero poco a poco...

Cuando tengo algo en el culo soy multiorgásmico, debe ser que la presión en alguna parte de mi aparato reproductor hace que tenga orgasmos pero no me corra, un punto a favor de ser pasivo, con lo que tengo varios orgasmos antes de tener el más potente que por fin expulsa el semen. Con ese movimiento, admirándome en el espejo, esa cara de placer, ese cuerpo que poco a poco voy moldeando y que justo en la paja he notado mejoras (lo que me ha puesto más cachondo), además mi comparación mental del pasado adolescente y el yo actual, la nueva polla... todo me ha puesto a mil. La tensión del examen... el dildo en el culo, la rabia de no llegar nunca a la base!!! Me he apretado los huevos en el momento clave y me he corrido en el suelo.

A estudiar, el recreo a terminado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola soy un chico adolescente y quiero aprender muchas cosas al momento de hacerme la paja, (cualquier estilo) por ello quiero un sensey alguien q me enseñe muchas cosas bacanas -- podemos hablar mas por mi correo
hot.18cm@hotmail.com

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