Muy decidido y motivado por un e-mail en mi facebook a propósito del post de ayer en el que me decía un lector que era precioso y muy interesante la situación que describí, llamé al chico joven, yo estaba eufórico con mis nuevos sentimientos, me comporté exactamente como se comportaron antaño conmigo y recurrí a todo lo que me gustó entonces de mis chicos.
Y no me arrepiento de lo que escribí ayer, pero ni 24 horas ha durado la magia, el pobre chico no era lo que parecía en absoluto. A pesar de tener 19 años no parece mucho más joven que yo (en las fotos parecía más tierno), incluso podríamos ser perfectamente de la misma edad, pero eso no es lo peor, su mentalidad es algo viejuna, un poco facha, además pensé que sería yo el que tomaría el papel de admirador de él, pero ha sido él el que ha hecho eso y me ha cortado. Ha sido una cita incómoda, porque él no dejaba de hablar de cosas nada inspiradoras, y para el colmo no dejaba de delatar su gran incultura (más allá de la inexperencia de su edad), la falta de interés por las cosas, su falta de visión, de perspectiva y de aventura. No creáis que me dejo llevar por la envidia que temía tanto ayer... jaja. Más bien me siento engañado y un poco tonto por creer cosas que me inventé para llenar los huecos que deja internet, y que en el cara a cara quedan resueltos, casi siempre para mal.
Ese adolescente ha resultado ser un gañán con Google a su alcance cuando chateábamos y que en el cara a cara con el cerebro como única arma se ha delatado no sólo como inculto sino como mentiroso. No es que chateáramos sobre la tabla periódica o sobre la segunda persona del imperativo del verbo saber, pero él sacaba temas rebuscados intentando impresionarme y se ha topado tanto él como yo con el muro de la realidad. Hay que ser abierto de mente, pero al final la educación es la educación y no se pueden ignorar los puntos comunes que nos unen a unos con otros. La verdadera misma especie no está en las horas qué duermes ni siquiera en las horas que compartes con alguien, sino en la visión y el pensamiento, en haber vivido, respirado y mamado en el mismo ambiente, y ahí es cuando alguien te sorprende en unos minutos sin necesidad de recurrir a esa situación tan cierta pero poco intensa de "el roce hace el cariño".
Yo ayer estaba enamorado de mi pasado, de lo bien que me veía en ese adolescente, pero no del chico en absoluto, ayer lo sabía, pero creía que habría alguna posibilidad de que la realidad y mi idea esta vez estuvieran unidas por puntos comunes.
Me sentía tan mayor e ínfimo ayer frente a él (me gustaba en el fondo eso) y sin embargo ahora estoy casi enfadado por quitarme esa nueva humildad que adquirí ayer. Vuelvo a mi vida, a mi juventud, a verme la cara tan tersa como hace cinco años y a valorar la nueva aventura a la que me encaro la semana que viene, tan parecida a las que vivía de la mano de mis admiradores antes.
Los que me seguís en facebook, ya lo habéis leído, un chico me ha invitado a pasar unos días con él en París, del 26 al 30, y además con una noche que pasaré yo solo en la ciudad :)
Mañana os hablaré de él y de las circunstancias, entenderéis muy bien mi baja autoestima, mi preocupación por el físico, la juventud y la frescura cuando leáis a qué se dedica mi nueva y madura conquista.
La cita de hoy con el adolescente me ha servido al menos para darme cuenta de que más allá de la buena cara que se tiene de joven tengo algo mejor, y sobretodo no tengo nada que envidiar, mucho menos ahora. La crisis de los 40 la dejo para dentro de 15 o 20 años.
Yo ayer estaba enamorado de mi pasado, de lo bien que me veía en ese adolescente, pero no del chico en absoluto, ayer lo sabía, pero creía que habría alguna posibilidad de que la realidad y mi idea esta vez estuvieran unidas por puntos comunes.
Me sentía tan mayor e ínfimo ayer frente a él (me gustaba en el fondo eso) y sin embargo ahora estoy casi enfadado por quitarme esa nueva humildad que adquirí ayer. Vuelvo a mi vida, a mi juventud, a verme la cara tan tersa como hace cinco años y a valorar la nueva aventura a la que me encaro la semana que viene, tan parecida a las que vivía de la mano de mis admiradores antes.
Los que me seguís en facebook, ya lo habéis leído, un chico me ha invitado a pasar unos días con él en París, del 26 al 30, y además con una noche que pasaré yo solo en la ciudad :)
Mañana os hablaré de él y de las circunstancias, entenderéis muy bien mi baja autoestima, mi preocupación por el físico, la juventud y la frescura cuando leáis a qué se dedica mi nueva y madura conquista.
La cita de hoy con el adolescente me ha servido al menos para darme cuenta de que más allá de la buena cara que se tiene de joven tengo algo mejor, y sobretodo no tengo nada que envidiar, mucho menos ahora. La crisis de los 40 la dejo para dentro de 15 o 20 años.
2 comentarios:
No es oro todo lo que reluce, LeMo....y lo que te has topado es el pan nuestro de cada día.
Hay que disfrutar de la edad q tenemos en cada momento, dejate de historias futuras o pasadas....vivir ahora es lo unico importante....^^
Gracias Kamuiu.
Es verdad, me he rallado mucho estas últimas semanas, he estado un poco ansioso y muy desconcentrado.
Viviré la vida que tengo ahora sin pensar tanto en qué será ni en lo que fui.
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