sábado, 10 de diciembre de 2011

El pudor y la desnudez


En mi casa siempre nos hemos regido por unas pocas reglas fáciles de seguir con respecto a la desnudez, que con el tiempo se han ido haciendo imposibles de romper, y nunca ha habido "pilladas", a pesar de que en las habitaciones no tenemos cerrojo ni nada y mi hermano y yo dormimos desnudos desde años. Bueno a mi hermano sí que le he visto todo, pero nos costó normalizar esa situación...

Mi primera pillada me marcó, fue precisamente con Julito en mi piscina cuando teníamos 6 años, llevábamos toda la tarde en el agua y cuando estábamos secándonos sentados en el borde con los bañadores quitados y la toalla por encima... un cambio de posición dejó a la vista mis niño-genitales. Recuerdo muy bien que había aprendido que esa situación debía ser llevada con naturalidad, pero... no me habían enseñado cómo. Julito no se cortó un pelo y dijo:

- Se te ha visto, jaja.

Y acto seguido me la enseñó él ni más ni menos que los dos mismos segundos que me la había visto él. Eso es un verdadero amigo, y así me resultó muy llevadera la pillada, todo súper inocente y súper natural, y eso fue lo que me marcó, el accidente y la fácil solución con una buena actitud, siempre he echado de menos esa sensación.

Años después Julito y yo tuvimos que enfrentarnos a los vestuarios de gimnasia y de las clases extraescolares. Pero no hubo accidentes, recuerdo oír a los niños mayores decir que al fin y al cabo todos éramos chicos y no pasaba nada en un vestuario... Eso también lo recuerdo porque me hacía pensar en cuánta gente había aprendido la teoría sobre la naturalidad hacía la desnudez pero no tantos se sentían tan relajados.

En mi casa siempre he oído hablar de esa naturalidad pero sólo mi hermano y yo la hemos desarrollado (sólo entre nosotros dos) y no hace tanto...

A los 15, me costaba mucho asimilar que me estaba saliendo vello, así que tuve muchas charlas con Julito sobre el vello, el suyo, el de los demás, y todos los datos que teníamos ambos al respecto de familiares y amigos. Un día a los 16,  en el vestuario de natación y el fútbol del cole, descubrimos que éramos los únicos pardillos que iban temerosos y nos escondíamos, puede que porque fuéramos gays, pero la verdad es que a mí lo que me daba pudor era dejar claro que ya no era un impúber. Y a Julito le acomplejaba (como a todos a esa edad) el tamaño.

Con 16 años Julito se quedaba todos los fines de semana solo en casa, con sus hermanos que llegaban siempre a las dos de la madrugada, o sea que teníamos la casa para nosotros dos mogollón de horas desde que salíamos del cole hasta que venía mi padre a buscarme a las 12 en coche. Una tarde la usamos para una terapia de choque que también me marcó, para bien, que consistía en desnudarnos y andar por la casa como si nada, desde entonces y hasta hace un rato cada vez que recordaba la escena me parecía que éramos unos pardillos totales, sin embargo fue un episodio genial, simple, divertido y nos encantó compartirlo. Yo sentí lo mismo que cuando las toallas en mi piscina pero a lo bestia, porque hacer participe a Julito después de una década fue muy simbólico. Además superamos nuestro terror al vestuario, no hubo pilladas, pero no teníamos tanto miedo a que las hubiera.

En ese contexto de la casa a solas de Julito pasaron muuuuchas cosas, pero esas en este relato no tienen cabida, porque no son precisamente de nudismo inocente, aunque eran cosas de adolescentes no eran tan inocentes. Os daré una pista... violé a Julito con un cirio, ya os contaré.

El día 6 de junio de 2006, o sea el 6-6-6, me pareció que una fecha tan diabólica debía ser memorable por algo, Julito ya estaba en EEUU, y yo estaba apuntado a un gimnasio cerca de casa pero no usaba el vestuario, casi me pillaba más lejos el vestuario que mi propia casa... pero así no me enfrentaba a mi pudor, así que el 6-6-6 me duché, me metí en la sauna y no hice malabares con la toalla y los calzoncillos, tiré la toalla al suelo y me puse encima completamente desnudo, muy simbólico también. Fue un día muy importante para mi nudismo porque a partir de entonces el pudor no me impide ducharme en un vestuario, y tampoco es que yo vaya por ahí exhibiéndome, simplemente no me rallan los vestuarios anymore! 

La siguiente vez que me enfrenté a la desnudez fue a los 20, en una sauna gay, fui con un chico y eso de meterme en un jacuzzi desnudo y en público, más allá del sexo me pareció súper! Luego vinieron los sex-clubs y esas cosas, ir sin camiseta, en calzoncillos o desnudo... empezó a ser un fetiche en sí mismo y muchas veces con eso me contento.

Con Julito a los 6 en la piscina, a los 16 en su casa y por fin a los 25 (lástima que no sea 26!) en el vestuario del american gym. Resulta que Julito se perdió aquella fecha demoniaca, con lo que no ha superado totalmente su desnudez, y dice que no ha ido a sex-clubs (me atrevo a ponerle remedio antes de volver a Madrid). El otro día le recordé la historia de la toalla y la del nudismo en su casa, de la primera no se acordaba, y le dije que iba siendo hora de una actualización. En el vestuario nos duchamos, nos secamos y frente a la taquilla tiramos la toalla... es taaan fácil de hacer y tan difícil sin embargo... Y luego en su casa rememoramos el paseo de la desnudez, merendamos para recuperar fuerzas del ejercicio, sin ropa en la cocina... y yo creo que ambos sentimos que por esos detalles nuestra amistad demostraba que seguía tan buena y hacía adelante como siempre! Aunque demostráramos que estamos fatal de la cabeza, jaja.

La verdad... debo confesar que a pesar de todos mis esfuerzos por naturalizar la desnudez, no he logrado quitarle del todo el velo del morbo, y creo que ni quiero, el pudor es una parte importantísima de mi sexualidad por todas esas situaciones que os he contado, quizás la naturalidad está pervertida... pero esa circunstancia ha completado muchos episodios morbosos y me sacude algo por dentro que me hace mucha gracia y me hace ilusión cuando la siento. No es sexo... es una sensación agridulce, de exhibicionismo, curiosidad, complejo y pudor. Aunque no me cuesta separar la desnudez del sexo, si me cuesta separarla del morbo... 

Cuántas más cosas me avergüenzan más ganas tengo de desnudarme al igual que soy incapaz aguantarme las ganas de confesar mis aventuras sexuales y provocar reacciones. Esas ganas son las que dieron origen al blog.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

eh, entiendo lo que dices. Intento convencerme cada vez que alguien dice lo natural que es ir desnudo. Y lo es, pero yo sigo viéndole un componente muy erótico. Quizás, el problema sea mío.

Por cierto: llevo leyendo tu blog mucho tiempo, pero nunca te he comentado nada. Yo acabo de empezar uno, y en parte, gracias al ejemplo visto aquí. Un abrazo, tío.

Chuqueder dijo...

Jaja Leo, me encanta esta entrada. Además, el tema es tan universal que no hay nadie que no se sienta identificado.

Yo también era de los que admiraba a aquellos que no les importaba pasear su cola delante de los demás. A mi, de pequeño (también ahora, que coño!), me come la vergüenza.
Sin embargo, he descubierto que todo es cuestión de actitud, como tu bien comentas aquí. Un poco de terapia de choque y ya está, el autoestima que se necesita para ducharse, pasar por una sauna, o lo que sea de manera cómoda y poco pudorosa. Pero yo todavía no he dado el paso.

Gracias por hablar de estos temas y hacernos reflexionar. Ah!, no sois los únicos que habéis jugado con cositas desnudos en la infancia... ainssss que recuerdos!!!

Anónimo dijo...

Hombre, yo soy pudoroso con la desnudez, menos en las cosas del sexo, claro, es que los camisones con agujero ya no se llevan.... jejejeje, mi novio se ríe de mí que en los vestuarios de la sauna gay parezco un malabarista intentando desnudarse dentro de la taquilla para que nadie me vea... ¡Claro, que nadie me vea hasta que yo decida que me vean...!

Víctor (Libreta Rosa) dijo...

Yo creo que todos hemos pasado por épocas así, donde enseñarnos a los demás suele ser incómodo a natural.

Un saludo!

>Víctor!

el Arcoíris Libre dijo...

El pudor es normal! En sitios como los vestuarios cuesta desnudarse, da un poco de cosica, pero bueno, al fin y al cabo, la gente va a la suya y no se para a mirar (aunque bueno, sí que se mira un poco de reojo!).

Saludos!!
http://elarcoirislibre.blogspot.com/

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